El viernes al pasar por delante de la pescadería vi que tenían dos enormes atunes de prácticamente un metro de longitud. Cuando los cortó y apareció esa maravillosa carne roja brillante no pude controlar la tentación de llevarme una rodaja para casa.
Normalmente lo haría con una salsa de tomate, pero por darle un toque distinto preferí hacerlo encebollado y darle un ligero toque oriental gracias al sabor del jengibre. Lo cierto es que la mezcla de sabores, lejos de ocultarlo, hacía resaltar aun más el sabor del pescado.
Normalmente lo haría con una salsa de tomate, pero por darle un toque distinto preferí hacerlo encebollado y darle un ligero toque oriental gracias al sabor del jengibre. Lo cierto es que la mezcla de sabores, lejos de ocultarlo, hacía resaltar aun más el sabor del pescado.
Tiempo de preparación (35 minutos):
Ingredientes (4 personas):
- 1 kg de atún fresco cortado en cubos
- 2 cebollas
- 200 ml de Lambrusco blanco
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de jengibre en polvo.
- 1/2 cucharadita de pimentón
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
- Tomillo
- Sal
Preparación:
En una sartén caliente ponemos un par de cucharadas de aceite de oliva. Doramos en ella el atún durante un par de minutos. Lo sacamos a un plato y lo reservamos junto a sus jugos.
En la misma sartén añadimos un poco más de aceite de oliva y ponemos a pochar a fuego muy suave la cebolla cortada en juliana gruesa. Removemos durante un minuto y añadimos el azúcar. Removemos algo más y tapamos la sartén. Lo dejamos unos 20 minutos, o hasta que esté a nuestro gusto.
Pasado este tiempo añadimos el vino, el jengibre y el pimentón. Tras un minuto cociendo a fuego fuerte, incorporamos el atún con sus jugos. Removemos bien, le ponemos un poco de sal, pimienta negra y algo de tomillo.Lo dejamos cociendo 5 minutos destapado y a fuego fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario